top of page

ACTO DE CLAUSURA CONGRESO OCDS     

 

P. Provincial Miguel Márquez

​

Ávila – CITeS / 1 agosto 2016

​

 

  1. FIN QUE ES COMIENZO

 

Queridos hermanos y hermanas:

A punto de terminar este Congreso del Carmelo Seglar.

 

Llegamos al final, que, sin embargo, es un comienzo…

Hacemos equipaje que, en realidad, es desprendernos de seguridad…

Nos despedimos para estar más unidos…

Nos alejamos y nos acercamos más al hogar…

Nos llevamos mucho recibido y compartido para aprender a acoger con manos vacías y a escuchar con asombro de niños…

Nos disponemos para una peregrinación que nos lleva tan lejos como está nuestro corazón…

 

Una virtud de este Congreso ha sido que los frailes no hemos tenido la prioridad en la palabra. Hemos venido a ponernos a la escucha del Dios que arde y nace con tanta frescura en vuestros corazones.

 

Como Teresa, siempre aprendiz, siempre principiante, siempre dejándose contrastar y buscando con otros andar en verdad...

 

Como Juan de la Cruz asombrado reconoce que el ciervo herido y enamorado es Él, que nos persigue y nos ama y nos busca, y bajará a todos los infiernos y pozos en los que caigamos, y nos rescatará de todas las pérdidas, y de todos los éxitos, para traernos a su mirada y a un SÍGUEME… renovado… a la pregunta fundamental con los ojos fijos en los nuestros; mendigo de nuestro amor, inmigrante, refugiado, Jesús pregunta: ¿ME AMAS?

 

Os he repartido una caracola recogida hace pocos meses de la orilla del Lago de Tiberíades, para escuchar en ella, como cuando éramos niños, el rumor del oleaje y el recuerdo vivo de aquel encuentro de Jesús con Pedro en que le hace la pregunta que da comienzo a la más hermosa de las historias: ¿Me amas? Esta pregunta nos hace a nosotros carmelitas y carmelitas seglares, citándonos en Galilea, muy cerquita del Carmelo, donde sigue manando la fuente de Elías.

 

La fuente, nos recuerda lo fundamental, por si se nos había olvidado, que nos ama con el mismo amor que se tiene a sí mismo, y nos ama en sí mismo en sus mismas entrañas de amor. CB 32, 6.

 

No queremos quedarnos en un discurso emocional y triunfalista: ‘el mejor congreso’. No hace falta evaluar. Dejamos que la semilla que ha caído nos germine dentro y nos enseñe a dejarnos engendrar, gestar y dar a luz como persona, como comunidad, como familia en camino. Y nos ayude a trabajar, al mejor estilo teresiano: humildad, paciencia, audacia, creatividad, perseverancia, determinación…

 

  1. GRACIAS

 

Quiero agradecer muy sinceramente…

 

A mis hermanos Joaquim Teixeira y Juan Aristondo, provinciales de Portugal y Navarra. Con ellos quiero dar las gracias, muy de corazón.

 

Os confieso sentirme orgulloso de la familia que me ha tocado en suerte, una sensación fuerte de asistir a un brote en el viejo tronco del carmelo, un rostro de niño y enamorado en la arrugada cara del Carmelo Seglar.

 

A todos los que habéis hecho posible este Congreso…

 

A Rafa, tan entusiasta, la Junta Nacional y consejos provinciales, con sus presidentes, los que habéis estado presentes y los que no pudieron venir, a Belén en la labor dinámica y alegre de secretaría.

 

Al equipo de liturgia y de música, por tan vivas celebraciones.

 

A Myrna, por tu pasión carmelitana y tu entrega, y contigo a todos los que habéis tenido una palabra de reflexión y experiencia. En ti, Myrna (y Milagros) al CITeS, por ser casa de familia carmelitana, acogedora y convocadora. Gracias, Javier (aquí presente) por ser animador y padre de esta familia, que el Señor te renueve el ánimo para seguir haciendo de esta casa lugar de encuentro y creatividad teresiana.

 

Aquí en el CITeS, quiero agradecer a los obreros invisibles, pero eficaces, a Loli, Lucía, Anita y Chelo, en la cocina, a Celina, Roberto y Eduardo, en la portería, y a toda la comunidad:   Javier, Rómulo, Jurek, Danilo, Antonio, Maxi, Milagros y Myrna.

 

A nuestros hermanos de Portugal, presencia amable y entrañable, y en vosotros, gracias a todo el Carmelo Seglar portugués y a los frailes y hermanas carmelitas de Portugal.

 

Saludo a Cristina, del Carmelo Seglar de Carolina del Norte, que ha estado con nosotros estos días compartiendo y celebrando y en ti a todo el Carmelo Seglar de USA.

 

De forma especial a las Carmelitas Descalzas, a ti, Alex, gracias por tu presencia sencilla, cálida y silenciosa, en ti a todas vosotras, nuestras hermanas, lámpara pequeña, frágil y temblorosa que alumbra, alienta y conforta. El Señor os cuide y abrigue por dentro, abriendo vuestra vida a lo insospechado de un futuro en el que Dios volverá a nacer.

 

Y, finalmente, a todos nuestros carmelitas seglares ancianos, enfermos o impedidos, auténticos testigos del mejor tesoro de la Iglesia, el amor que no hace ruido ni deja rastro de sí, y es más poderoso que los ejércitos y las bombas, amor que transforma el mundo. Recordadles, de nuestra parte que tienen la mejor misión del mundo, amar en lo secreto e irradiar la verdad más hermosa.

 

Decía Edith Stein en 1940: “los acontecimientos decisivos de la historia del mundo fueron esencialmente influenciados por almas sobre las cuales nada dicen los libros de historia. Y cuáles sean las almas a las que debemos agradecer los acontecimientos decisivos de nuestra vida personal, es algo que sólo experimentaremos en el día en que todo lo oculto será revelado”.[1]

 

Gracias, querido Alzinir, hermano mayor. Transmítele a Saverio nuestro agradecimiento y afecto. Para ti un GRACIAS especial por tu cercanía fraterna y tu disponibilidad. Te acompañamos con la oración en tu hermosa misión de animar el Carmelo Seglar en todo el mundo.

 

  1. CIMIENTO Y ASCUA

 

Antes de concluir y pasar a la celebración de la Eucaristía, quiero dejar brotar algunas palabras, como dardos o ascuas, que han resonado estos días en boca de unos y de otros, palabras amables y palabras interpelantes e incómodas otras, todas palabras que despiertan y nos desengañan…

 

Las escuchamos sin defensa, descalzos:

 

CIMIENTO…

 

  • Un proceso permanente para descubrir nuestra identidad

  • Gestando y madurando la identidad durante toda la vida

  • Lenta peregrinación hacia el nacimiento del hombre nuevo

  • Todos somos aprendices del seguimiento de Jesús

  • La comunidad es un don de Dios

  • Todos somos complementarios. Todos somos discípulos misioneros.

  • Todos nuestros hermanos son válidos

  • “Resplandezca la novedad y la fuerza del evangelio en vuestra vida cotidiana, familiar y social”, Juan Pablo II, ChL

  • No superioridad, sino servicio

  • Compartimos el mismo carisma, los mismos bienes espirituales

  • El centro es esta relación de amistad con Jesús y entre nosotros

  • Nuestro primer y último hacer es la oración. Sólo así seremos eficaces

  • Contemplativos y andariegos

  • La santidad es nuestra misión

  • La Iglesia tiene necesidad de nuestra vida contemplativa

  • No viviremos en obsequio de Jesucristo si no somos conscientes del regalo de nuestra vocación

  • Solamente las personas enamoradas pueden contagiar

  • Ayudar a Cristo, amigos de Cristo

  • Resurgiremos con renovada inocencia

  • Lo mejor está por venir

 

DESAFÍO…

 

  • Vivir siempre en estado de transformación

  • Corregir y ser corregidos con sinceridad

  • En algunas comunidades Jesús está como en lugar de martirio: “No nos dejemos robar la comunidad” EG

  • Aprender el arte de la fragua. La formación es para encender este fuego del brasero interior.

  • Aprender a trabajar en equipo

  • Engendrarnos unos a otros

  • ¿Auténticos lugares de intercambio y diálogo para crecer?

  • Falta apropiación de la doctrina.

  • Diferencia generacional

  • Distintos gustos. Heterogeneidad. Diversidad es riqueza.

  • Apostamos a ciegas por la insignificancia de lo cotidiano

  • Necesidad de hablar del ser amado

  • Hacer silencio juntos

  • Dejarnos acompañar constantemente

  • No queremos navegar en superficie, sino sumergirnos en profundidad

  • ¿Cómo transmitir tanta riqueza? Desde lo auténtico.

  • “Abrir el corazón al amor divino para buscar la felicidad de los demás”. EG 92

  • La labor del Carmelita seglar es urgente para el mundo de hoy

  • Desaprender, estrenar el Carmelo, caminar en comunión…

  • Confiamos a ciegas que no hay nada en lo que Dios nos se haga presente para hacernos entrar más adentro en la espesura

 

 

  1. ¿Y AHORA QUÉ?

 

Esta mañana al levantarme me llegó esa inconfundible y familiar sensación de pobreza, de sentir que el camino es superior a mis fuerzas, a nuestras fuerzas… Me recordó que no es la espada en mano la que me salvará y me dará la victoria… sino la humildad de dejarme nacer…

 

Otra vez una mano en el hombro, la del Señor, que se acerca a cada uno de nosotros y a nuestras comunidades y nos invita a comer y beber, y desandar el camino hacia el Horeb, al encuentro de la fascinante experiencia de Dios vivo, una experiencia por estrenar, que dará a luz lo mejor del Carmelo, abrazando lo antiguo y lo nuevo, lo conocido y lo insospechado…

 

El Señor repite de nuevo: no te escondas, que “yo voy a pasar”…

 

Queridos hermanos y hermanas, transmitid a nuestras comunidades lo que habéis visto y oído, lo que habéis orado, los textos y los audios, compartir lo vivido y lo que más os ha interpelado y edificado.

 

Santa María del respiro y de la audacia, San José del trabajo y la hospitalidad, rogad por nosotros. Acompañadnos.

 

Que Dios os bendiga y bendiga a cada una de vuestras comunidades con la paz y la gracia de la confianza, con aquello que más necesitáis y que Él quiere de vosotros.

​

________________________________________________________________________________________________________

 

[1] Edith STEIN, Vida escondida y Epifanía, en Obras Completas, vol. V, p. 637, Burgos, Vitoria, Madrid, Coediciones. También: “La historiografía oficial calla acerca de estas fuerzas invisibles e incalculables (…) y nuestro tiempo se ve cada vez más obligado cuando todo lo demás falla, a esperar la última salvación de estos manantiales ocultos”, La Oración de la Iglesia, en Obras Completas, vol. V, p. 118.

bottom of page